NOTA: LA MADRE QUE NUNCA QUIERO LLEGAR A SER

Vemos en la televisión, en los comerciales y en las revistas, fotos de madres perfectas con sus hijos igual de perfectos. Vemos un claro mensaje en el que la madre tiene que estar sonriente y lista para recibir a su bebé.

Pero ninguna mujer está preparada para ser una madre perfecta, ni tan siquiera aunque lo quiera, lo va a ser.

Podrá sentirse lista pero es muy difícil que sepa las situaciones que se le van a presentar con sus futuros hijos.

Por eso, voy a puntualizar varios aspectos de lo cual no seré cuando sea madre, al igual que lo hizo antes, una madre en una carta dirigida a sus hijos.

Nunca seré la mejor cocinera, no les tendré preparados postres con sus personajes o colores preferidos.

No seré lo suficientemente organizada como para tener un álbum de fotos en el que habrá imágenes del nacimiento, de sus primeros pasos o cumpleaños.

No todo el tiempo tendré todas las respuestas a sus dudas ni a los miedos que se les presente.

No seré la clásica mamá que los profesores del colegio quieren que participen y lleve sus mejores platillos a las reuniones.

La ropa no siempre estará doblada a la perfección y sin una sola arruga.

No siempre seré la mamá divertida que estará jugando Play Station o juegos de mesa. En las ferias del colegio, no siempre se me ocurrirán ideas originales para que se luzcan en sus proyectos.

Muchas cosas no voy a ser, pero también hay cientos de cosas que sí seré cuando sea madre:

Podré no ser una chef profesional, pero siempre les haré la cena con amor. No seré la más ocurrente en cuanto a proyectos estudiantiles, pero les ayudaré, encaminaré y les compraré los materiales para que puedan hacerlo ellos mismos.

Estaré en todas las presentaciones que tengan en el colegio, en el teatro, en cualquier partido de fútbol o en las competencias de natación que participen.

Siempre tendrán qué llevar a las fiestas de la escuela, así sea que lo compre en el supermercado que queda de camino.

No habrá momento en el que no cuenten con su madre cuando tengan miedo o dudas existenciales. Así no tenga la respuesta, siempre voy a estar ahí para escucharlos.

Cuando les rompan por primera vez el corazón o tengan una decepción amorosa, estaré ahí para decirles que el futuro les depara algo mejor y que de amor, nadie se ha muerto.

Les cantaré canciones para que duerman y los arroparé para que no sientan frío. No seré una madre perfecta pero amor nunca les faltará. Siempre estaré con los brazos abiertos así tengan 50 años de vida. No seré la madre que quieren, pero sí seré la madre que necesitan.