¿QUÉ LO HACE A USTED FELIZ? O MEJOR DICHO: ¿ES USTED FELIZ?
- Katy Meza
- 21 jul 2015
- 2 Min. de lectura
Ahora con las redes sociales nos damos cuenta de que todos aparentemente son felices y muy dichosos, pero es muy obvio que las situaciones malas de la vida no son para publicarse o tomarse un “selfie”. Muchos simulan tener todo lo que quieren, pero ¿verdaderamente son felices?
Yo al menos puedo decir que sí lo soy, y tal vez muchos piensen que estoy tratando de “rajar”, pero no es así. No digo que mi vida sea perfecta o que todo me haya salido como lo planee, al contario, nada me ha resultado fácil ni mucho menos en bandeja de plata, pero soy de las que disfrutan los pequeños detalles y las pequeñas victorias.
No me puedo quejar, he contado con una buena educación y gracias a Dios tengo lo que necesito, no todo lo que quiero, pero tengo lo que necesito. Siempre he pensado que el estudio abre muchas puertas y por lo tanto decidí estudiar. No vengo de una familia adinerada así que, ¡a trabajar se ha dicho!
A pesar de las ideas y el pensamiento que he tenido desde niña, nada ha salido como lo he soñado. Primero que nada, conseguir un empleo es difícil en estos tiempos y más cuando estudiaste una de las carreras más saturadas, pero bueno, hay que seguir pulseándola.
He tenido muy malas experiencias y problemas que definitivamente no sé cómo no me derrumbaron, pero ¡aquí estoy! Soñando y queriendo más cosas que ayer. Muchas personas se han ido de mi lado aunque prometieron no hacerlo, pero lo que la vida te quita, es porque no lo necesitas.
Aun reconociendo que no soy la más perfecta, la más ordenada, la más ejemplar o a la que mejor le ha ido en la vida, si puedo decir que soy feliz. Disfruto de mis días aunque en ocasiones me quiebro y tengo pésimos momentos. Disfruto de mis amigos, familia, de mi novio y de lo que hago.
Disfruto de los pequeños momentos como comer rico en un restaurante o ir a la playa aunque sea por unas horas. Disfruto, sí, y creo que eso es lo que me hace feliz. Disfruto a pesar de que no tengo todo lo que quiero o la vida que me imaginaba de niña. No tengo eso, pero sí tengo la felicidad necesaria para seguir caminando.
Y entonces, no queda más que ser feliz, que disfrutar de las cosas que nos llegan y despedirnos de aquellas que se van. La felicidad no se compra, no se pide ni mucho menos se ruega, se gana día tras día. Sólo sea feliz sin complicarse tanto la vida. ¡Pruébelo, le va a gustar!
Comments