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¡SÓLO LOS ANIMALES MALTRATAN ANIMALES!

  • Katy Meza
  • 21 jul 2015
  • 4 Min. de lectura

Se supone que los seres humanos tenemos nuestros 5 sentidos y la razón, que nos hace diferenciarnos de todos los otros seres vivientes del planeta, pero al parecer entre nosotros se camufla uno que otro animal vestido de ser humano.

Me refiero a los tantos y muchos caballos que maltratan animales, aunque más bien, estamos ofendiendo a los caballos comparándolos con el ser humano. Y es que nosotros, los que deberíamos ser razonables y “humanos”, somos los que pateamos un perro, le rompemos el pico a un tucán o preparamos a un Rottweiler para que llegue a ser un depredador de primera en las peleas callejeras.

Hace no mucho tiempo, me dirigía hacia mi casa con mi novio y vimos como un individuo, para no llamarle de otra forma, atropelló a un perro y no tuvo ni tan siquiera la decencia de parar el carro para ver cómo estaba el pobre animal. Lo peor de todo es que otros carros también le pasaron por encima, me imagino que sin darse cuenta en el momento, pero es obvio que al rato sintieron algo extraño que normalmente los haría detenerse, pero ninguno de los tres carros se detuvo a ver el perro. ¡Ninguno!

Al rato otros carros pararon porque el animalito quedó en media calle tirado, nosotros nos bajamos a ver cómo estaba y le habían majado sus patas traseras, estaba temblando del miedo y no se podía parar. Mi novio lo alzó y lo puso fuera de la carretera porque ¿adivinen qué? Otros animales (que no eran perros ni caballos) empezaron a pitarnos para que nos moviéramos y no los atrasáramos en un su tan egoísta camino. ¡Qué desconsideramos fuimos! Paramos el tránsito para no matar a un perro, ¡Qué bárbaros!

A pesar de que muchos animales andan al volante, existen muchas otras personas que son consideradas y que no olvidan su lado humano. Varia gente se detuvo y unos muchachos dijeron que un veterinario que conocían podía revisar el perro, pero no tenían campo en el carro así que nosotros accedimos a llevarlo. El perro vomitó, no sé si por estrés, miedo o porque al menos dos desgraciados le pasaron por encima con el carro, pero al rato ya se le veía más tranquilo.

Lo llevamos a donde los muchachos que al ser igual que uno, amantes de los perros, lo llevaron al veterinario y gracias a Dios no le pasó nada malo ni tan serio como pensábamos que iba a ser. Más temprano ese día, fui a la Sabana a llevar a mi perra a caminar y nos encontramos con muchos perros de camino, unos grandes, pequeños, gorditos y uno que me pareció estaba muriéndose de sed.

Era un bóxer que al inicio vi muy lindo, pero conforme me acercaba, me fui dando cuenta de que estaba muy delgado, se le señalaban sus costillas y tenía la lengua más afuera de lo normal.

Me acerqué para verlo, mientras tanto la dueña venía diciendo, como si yo le hubiera preguntado; “está sangrando y no sé por qué”. El perro se veía muy mal y para no cansarlos con el cuento, tenía los ojos rojos, se moría de sed y la correa le estaba apretando más de lo común (casi ahorcando).

Fui donde el perro, lo vi y definitivamente era un perro maltratado. La mujer que lo tenía parecía no saber qué hacer con él, le pregunté si el perro peleó con otro y por qué se veía así, pero la señora ni me veía mucho y contestaba entre dientes.

Prácticamente me dijo que no me metiera en lo que no me importa y me alejé un poco, pero no lo suficiente como para no escuchar el grito- bullicio- quejido del pobre animal, cuando la estúpida lo amarró al tuvo de agua y casi lo ahorca. Ahí sí me enojé, y aunque no era mi perro ni mi problema, se me metió el apellido y le dije a la señora presente que soltara al perro, le quitara la correa y que no fuera tan estúpida porque lo estaba ahorcando.

Se puso incómoda, no sabía qué hacer y otras personas al igual que yo, vieron lo que pasó. Le repetí que le soltará la correa porque le estaba apretando y ni tan siquiera me volvió a ver. El perro tenía marcado el collar en su cuello con sangre. ¡Era un lindo bóxer que le tocó la mala suerte de tener un animal por dueño!

Quería llamar a alguien, a quién fuera, SENASA, conseguí el numero pero era domingo y nadie me contestó. No sabía qué hacer y mientras pensaba, la animal se iba con el perro. ¡No hice nada y no pude hacer nada!

No sé si ese perro estará vivo o si ya la señora ésta lo terminó de matar. Lo único que sé es que a pesar de que traté de hacer algo, ese pobre animal siguió con la mala suerte de tener un mal dueño.

Eso sucedió en un solo día y no quiero ni pensar en los tantos casos que ocurren al día, parecidos o peores a los que yo logré ver.

Hoy, más y más animales son maltratados por animales que llamamos humanos y que no les tiembla la mano para echarle a un perro canfín para dizque matarles las pulgas, o les da pereza frenar el carro para no matar a un perro callejero.

Si a usted no le gustan los animales entonces no actué como tal. Si no tiene plata para darle alimento a un perro, entonces no lo adopte ni lo compre. Si le estorba y no sabe cómo cuidarlo, déselo a alguien que sí sepa. Si no le gustan los animales al menos respete, que no todos somos como usted.

Mientras tanto, seguiremos esperando a que en nuestro país se castigue y se penalice el maltrato animal, ya que yo, al igual que muchos de ustedes, me encantaría ver a muchos tras las rejas y más perros tranquilos sin miedo a ser maltratados. ¡NO AL MALTRATO ANIMAL!


 
 
 

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