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  • Katy Meza
  • 21 jul 2015
  • 2 Min. de lectura

En nuestra sociedad y en todas las demás, existen grupos específicos que luchan por imponer a los demás sus creencias y opiniones, creyéndose los dueños de la verdad absoluta. A ver, primero que nada todos y todas somos diferentes, por lo cual no vamos a pensar igual.

Cada uno tendrá su razón y sus criterios personales, eso se debe respetar. Ahora bien, enfocándonos en un tema en específico, hace poco salió la noticia de que el gobierno de los Estados Unidos aprobó el matrimonio entre dos personas del mismo sexo, y con eso, se desató una bomba de opiniones encontradas con voces alertadoras de lo que podría suceder.

Con esa controversial noticia, quedó en claro que el matrimonio homosexual en Gringolandia, es un derecho garantizado por la constitución de ese país. Y la comunidad de gays y lesbianas se sintió agradecida y feliz por dicha decisión.

Pero además, con esta aprobación vinieron muchas inconformidades y por supuesto, como es de costumbre, las redes sociales pasaron a ser críticas y chillantes. Y aunque la aprobación del matrimonio homosexual no fue en Costa Rica, nuestro país se sacudió igualmente.

Por una parte, muchos heterosexuales, homosexuales, travestis, lesbianas y demás, sacaron sus banderas de colores y celebraron que ya inició la tan deseada igualdad que han exigido durante años. Con frases como “el amor triunfó” y fotos con colores de la bandera gay, muchos dieron su visto bueno ante esta noticia.

Contraria a esta situación, otros se mostraron indignados, molestos y disconformes, y no se hicieron esperar las críticas y las imágenes que expresaban la molestia ante esta situación.

Los cristianos dicen que Dios creó a Adán y a Eva y a la familia tradicional, encabezada por un hombre y una mujer. Muchos creen que la homosexualidad es una enfermedad o se da por la forma en la que fueron criados, entonces no consideran que se merecen esos derechos que nosotros los heterosexuales sí tenemos.

Además están los que piensan que hay otros problemas más importantes como la pobreza, por lo que se sienten ofendidos con este avance que para ellos es un retroceso.

En un comentario por ahí, leí que los niños no pueden crecer en un ambiente en el que viven dos personas del mismo sexo porque eso les generaría un trastorno y no es saludable. Pero yo digo, ¿si es saludable cuando los niños viven en una familia heterosexual y hay violencia, drogas o alcoholismo? Porque adivinen qué, cuando sale en las noticias que violaron a una niña o que agredieron a un bebé, no es por estar en una familia de gays, sino más bien de heterosexuales.

¿Por qué la gente cree que ellos, al tener gustos distintos a los “normalmente” establecidos, no tienen derecho a amar, casarse y ser felices? No generalicemos, no todos los heterosexuales son buenos ni todos los gays son malos, TODOS SOMOS DISTINTOS.

Ante todo le pido que respete, porque puede que no le gusten los homosexuales o que los repudie, pero son seres humanos al igual que usted y yo. No tiene que amarlos, simplemente respetarlos.

Y antes de generar más controversia de la que ya se ha hecho, me despido diciendo: ¡Viva y deje vivir!


 
 
 

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