ERES EL NOSOTROS QUE JAMÁS PODRÉ TENER

Siempre te vi con esos ojos de adolescente enamorada, eras el príncipe con el que siempre soñé y quise estar. Es más, eres todavía una ilusión, un sueño del que aún no despierto y una realidad que muy pronto tendré que aceptar.

No sé por qué nunca podremos estar juntos, ¿será por nuestro orgullo o por tu actitud conmigo? Quiero estar contigo, abrazarte, ser esa chica que siempre quisiste a tu lado; ser la mujer de tus sueños. Pero el mundo, el destino e inclusive nosotros mismos, nos encargamos de que no sea así.

Nos amamos, se supone que sí, pero no avanzamos juntos ni comprometemos nuestra piel. No expresamos lo que sentimos, no decimos la verdad y no nos ligamos por completo. Es decir, estamos pero no estamos, ¿Qué irónico no? Todo se nos une para estar juntos pero también se nos interpone para no estarlo.

Y creo que ya he luchado demasiado contra esto, contra este tira y encoge y esta zozobra. He puesto de mi parte para que te decidas de una vez por todas, para que me ames sin consentimientos y para que me escojas aún sin tener que elegir.

Y ya está bien, ya fue suficiente, ¿por qué tengo que suplicarte amor o convencerte para que estés conmigo? ¿Por qué? No lo debo hacer ni tengo por qué hacerlo, no tengo que estar haciendo colectas de cariño cuando me merezco un volcán de emociones.

Definitivamente eres el nosotros que jamás podré tener, el chico que nunca me apreciará y yo la mujer que ya no soportará más. Ya no soportaré más tus habladurías de mal gusto en el que me dices todo lo que no soy y lo que te gustaría que fuera. No soy todo eso, pero sí soy una chica que se merece más que tus sobros de compasión.

Te dejo junto con el “nosotros” que nunca lograremos tener.