MENOS “SELFIES” Y “CHECK IN” EN RESTAURENTES Y MÁS PERSONAS VIVIENDO Y AMANDO

A todos nos gusta tomar fotografías para recordar esos momentos lindos de la vida, aquellos momentos inolvidables e inclusive aquellas personas que dejaron una huella en nuestras vidas, pero no todo tiene que publicarse y exponerse en las redes sociales.

Por supuesto que es válido subir una que otra foto o publicar algo que no nos parezca o nos hace felices (para eso son las redes sociales), pero estamos llevando nuestras vidas al mundo cibernético como si eso fuese mejor que la realidad o hasta más reconfortante.

Siempre he dicho que los extremos son malos, por lo que publicar a cada rato lo que haces, dices o piensas, no es bueno ni mucho menos apropiado. Pregúntate algo: “¿A quién le importa lo que hago?” y no lo digo de manera despreciativa, sino que las personas que verdaderamente te aman, no les importa el nuevo “selfie” que subiste, les importa tú y tenerte cerca de ellos.

Creo que muchos son expertos en exponer sus vidas por las redes sociales y crear una imagen diferente a lo que realmente son. Porque así es, simulan ser alguien en Facebook pero cuando los conoces en persona, son completamente distintos a lo que muestra su “muro”.

¿No creen que es mejor vivir, sonreír, abrazar a las personas de carne y hueso y hacer visitas sorpresas en vez de publicar o mandar un saludo por Facebook? Porque la realidad está aquí, en este mundo, con los tuyos y no con cuántos perfiles tengas en internet.

Menos “selfies” y más abrazos, menos “likes” y más besos, menos solicitudes de amistad y más salidas inesperadas con los verdaderos amigos. Menos mundo irreal y más presencia en la tierra, en tu casa, con tu familia, contigo mismo, con tu ser.