Y EN ESTE MUNDO LLENO DE HIPÓCRITAS Y ENVIDIOSOS, ME ENCUENTRO YO, QUE NO ATRASO A NADIE
- Katy Meza
- 21 jul 2015
- 2 Min. de lectura
En lo que llevo de mi corta vida, he visto varias situaciones y he conocido personas que definitivamente se llevan el premio de “doble cara”. Desde amigas envidiosas que le desean el mal muy silenciosamente a los demás, hasta familiares que no parecen ser de mi propia sangre.
De todo he visto y vivido en el poco tiempo que he estado en este mundo, y por supuesto, también he conocido personas lindas, únicas y que su vibra se siente fresca y sin falsedades. Pero ahora que vuelvo a ver hacia atrás y hago un “chequeo” apresurado del pasado, me doy cuenta de que son muy pocas las personas reales y desinteresadas que uno puede llegar a conocer.
No todos quieren verlo a uno sonreír, tener un buen trabajo o creciendo como profesional. Es más, muchos aparentan ser comprensivos y preocupados por la vida de los demás, pero con el tiempo, la máscara de hipocresía se les cae como a un lobo se le cae el disfraz de oveja.
No soy ninguna devota o inmaculada, pero considero que soy una persona que hace lo suyo y no se mete con los demás. Por lo tanto espero como mínimo respeto y como decimos popularmente: ¡Qué no me jodan!
No quiero personas negativas, envidiosas, “carebarro” ni doble cara en mi camino. No quiero este tipo de personas porque creo que absorben mi energía y es sumamente cansado estar rodeándose de chismes, comentarios pesimistas y doble moral.
Y creo que lo que he aprendido de todo esto, es que a veces es mejor no atrasar a nadie. ¿Usted tiene un amigo “puñal”? Entones aléjese de él o ella. ¿Tiene compañeros o colegas que sólo hablan mal de usted? Puede enfrentarlos y cerrarles la boca o ignorarlos al mejor estilo de “qué me importa a mí”.
No es tan difícil y aunque sé que a veces nos afecta lo que digan los demás y lo que hagan a nuestras espaldas, no hay mal que por bien no venga y al final será una experiencia de vida más.
Muchos hipócritas, “mala vibras” y envidiosos, sí, lo sé, ¡abundan! Pero lo importante es seguir con nuestra buena actitud y no dejar que un huevón de estos nos colme la vida. ¡No atrase a nadie! Ame a los que lo aman y al resto deséchelos.
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