PARA TI, QUE DECIDISTE NO QUEDARTE CONMIGO

Y es que luché por ti, sí que lo hice. No sabes cuánto deseaba tenerte a mi lado, estar juntos, ser una pareja, en fin, tener una vida compartida. Pensaba que algún día íbamos a ser más que simple amigos con derechos, que íbamos a dejarnos de estupideces y nos dedicaríamos a amarnos sin temor alguno.

Pero a la larga sucedió lo que me temía: ¡NADA! ¡No pasó nada! No me tomaste de la mano ni me dijiste que me querías a tu lado. No me besaste con tantas ganas como para quedarme a intentarlo una vez más. ¡Nada de eso pasó!

Y lo peor es que lo sabía, sabía que no te quedarías conmigo. Porque dudar no es un indicio de amor, ni tampoco la falta de cariño y tiempo. Pero me quedé esperando lo que nunca llegaría, me quedé alucinando finales irreales.

No quisiste quedarte conmigo, no me querías lo suficiente como para agarrar mi mano y presionarla hasta el final del día. Pero está bien, todos tenemos derecho a escoger un camino y tú escogiste el tuyo.

Y al inicio me sentí agobiada, frustrada e inútil. Sentí que el mundo caía sobre mí y que me robaste el corazón para partirlo en mil pedazos. Pero a pesar de ese panorama desfavorable, me armé de valor, me miré al espejo y me sentí mejor.

Me vestí, me arreglé y prometí levantarme aunque tu recuerdo me golpeaba para volver a caer. Me preparé mentalmente y recordé las tantas cosas que prometiste y nunca cumpliste. ¡NO ERAS LO QUE ESPERÉ!

Así que me di cuenta que en realidad me hiciste un favor, porque una persona como tú no se merece una mujer como yo. Me hiciste un favor al no quedarte porque en realidad nunca estuviste conmigo, nunca me amaste ni me valoraste. No eres la clase de chico que yo necesito, así que te agradezco por haber tomado esa decisión porque hoy estoy mucho mejor sin ti.